130 años de las Religiosas Franciscanas de la Purísima en Herencia

Un poco de nuestra historia

130 años de las Religiosas Franciscanas de la Purísima en Herencia

Interior del Asilo a finales del siglo XIX
Interior del Asilo a finales del siglo XIX

El 1 de junio de 1886 abría en Herencia una nueva comunidad de religiosas que llegaban aquí con el firme propósito de atender a los ancianos y enfermos más necesitados.
Esta fundación fue muy bien acogida en la localidad, pues hay que resaltar que en aquella época Herencia no contaba con ninguna comunidad religiosa. Los mercedarios descalzos, fundadores del convento de La Merced en 1656, habían sido exclaustrados en 1835 y su breve retorno no se produciría hasta principios de 1893 con el intento de refundación finalmente fallido en 1896. Más tarde, en 1899 llegaría los padres Mercedarios Calzados para hacerse cargo del legado dejado por sus hermanos descalzos. Las siguientes fundaciones religiosas de Herencia se producirían en el siglo XX. Primeramente serían las hermanas de la Sagrada Familia que a principios de 1908 realizaron una fundación en la calle Convento donde regentaron también un colegio hasta 1927, año en el que se produjo el cierre de la casa que dicha comunidad tenía en la localidad. Habría que esperar a 1959 para que se produjera la fundación de una nueva casa de religiosas, en este caso de las hermanas Mercedarias de la Caridad que también abrirían un colegio activo en la actualidad y, más recientemente, la comunidad de Hijas de la Virgen para la Formación Cristiana que junto a su casa abrirían un centro de oración.

De esta forma, aunque muchas veces pasan desapercibidas, es la comunidad religiosa que más tiempo lleva en Herencia, más si cabe cuando desde hace 130 años han estado aquí presentes de manera ininterrumpida, no marchando en ningún momento, ni siquiera en tiempos de la Guerra Civil que asoló España a finales de los años 301 del pasado siglo XX y que propició la salida del resto de religiosos de la localidad, hecho que demuestra el afecto y reconocimiento de su labor por parte de todo el pueblo.

Fue la señora María Vicente Gallego quien favoreció la llegada a Herencia de las Hermanas Franciscanas de la Purísima gracias a la donación que realizó de un caserón que poseía en el entonces número 5 de la calle Toledillo2. Hasta aquí llegaron las hermanas terciarias de san Francisco encabezadas por su fundadora Paula Gil de Jesús Cano, más conocida como madre Paula, que ese mismo año también había realizado la fundación de otra casa en Valdepeñas3.

Rápidamente se pusieron manos a la obra para acondicionar la casa y convertirla en un hospital-asilo que diera continuidad al carisma fundacional de madre Paula, el cuidado de los enfermos y ancianos más necesitados.

En Herencia, localidad nacida al amparo de la Orden Hospitalaria de San Juan de Jerusalén, se tiene constancia, ya en el siglo XVI, de la existencia de un hospital llamado de Nuestra Señora de la Concepción o del Socorro de la ermita de la Concepción por estar situado junto a dicha ermita. El mismo estuvo en funcionamiento hasta los primeros años del siglo XIX realizando una labor de asistencia a pobres mendicantes, si bien es cierto que su estado de conservación era muy malo por lo que cuando se produjo el proceso desamortizador, el hospital había perdido su funcionalidad y fue declarado desamortizable4. Con la llegada de las Religiosas Franciscanas de la Purísima a finales del siglo XIX, Herencia volvió a contar con un hospital- asilo donde se atendiera a los más necesitados y, curiosamente, volvió a estar vinculado a la protección de la Purísima Concepción.

Para el mantenimiento y la realización de su obra, durante estos primeros años, disponían de una pequeña ayuda que les daba el municipio5, pero como esto no era suficiente contaban también con una suscripción entre los vecinos e incluso realizaban cuestaciones de limosnas para poder dar continuidad a su obra asistencial6.

Además, no hay que olvidar que la labor de las hermanas iba mucho más allá. No solo atendían en su casa a los pobres de necesidad, sino que también realizaban visitas domiciliarias para cuidar a cualquiera que necesitara de sus atenciones. Así, su actividad, socorro y ayuda, llegaba incluso más allá del pueblo de Herencia. En este sentido, es de reseñar el trágico episodio en el cual la catástrofe se cernió sobre el pueblo de Consuegra un 11 de septiembre de 1891, cuando prácticamente fue arrasado por las aguas del río Amarguillo. Las Religiosas Franciscanas de la Purísima Concepción o Hermanas Franciscanas de la Caridad, como eran conocidas en aquella época, acudieron prontamente a la vecina localidad toledana para colaborar en las tareas de enfermería y asistencia en el hospital habilitado para atender a los damnificados de la catástrofe7 y allí permanecieron hasta el cierre del mismo en 1892.

Desde Herencia también partirán hermanas con el propósito de realizar una nueva fundación, esta vez en la localidad toledana de Yepes, donde acudirá madre Paula junto con alguna hermana más de Herencia. Allí se harán cargo del hospital municipal y abrirían una nueva casa de las Religiosas Franciscanas de la Purísima, hoy desaparecida.

Religiosas Franciscanas de la Purísima a finales del siglo XIX
Religiosas Franciscanas de la Purísima a finales del siglo XIX

Y es que 130 años dan para mucho. Una labor callada y muchas veces desconocida, pero de enorme importancia, pues las Religiosas Franciscanas de la Purísima Concepción, desde su llegada a Herencia siempre han estado al lado de los más necesitados. Ahora, 130 años después continúan con esa labor imprescindible. Sus instalaciones, antes denominadas hospital-asilo, se han convertido hoy en una moderna residencia donde se atiende a todas aquellas personas que por muy diversos motivos necesitaban de una ayuda asistencial. Actualmente cuentan con 24 plazas de las cuales 8 están concertadas con la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha. Además desde, el año 2015 vienen prestando el SEPAP, servicio de prevención de las situaciones de dependencia y promoción de la autonomía personal, para una totalidad de 40 plazas y del que se benefician 26 personas, no sólo de Herencia si no también de poblaciones colindantes.

Sin lugar a duda, su labor y memoria se merecen un trabajo y estudio mucho más amplio y pormenorizado en el cual se recoja parte de su historia, que es también la historia de Herencia. Hasta que ese momento llegue, valgan sin embargo estas breves líneas para recordar y agradecer la labor de unas religiosas, las Franciscanas de la Purísima, que desde hace 130 años vienen dando su vida en Herencia por el cuidado de los enfermos y ancianos de nuestra localidad y comarca.


1  Durante este periodo la labor de las Religiosas Frnaciscanas de la Purísima Concepción de Herencia fue muy importante realizando una labor de cuidado de enfermos y heridos de toda clase y condición, lo que les valió el afecto y reconocimiento de todo el pueblo.
2  HERVÁS Y BUENDÍA, Inocente: Diccionario histórico geográfico, biográfico y bibliográfico de la provincia de Ciudad Real. Ciudad Real: 1914. Tomo I, pág. 516.
3  A finales de 1879 se había iniciado la fundación de las Hermanas Franciscanas de la Purísima con la creación, en Murcia, de un asilo de socorro por parte de Da. Amparo Pérez para acoger a los huérfanos de la conocida como riada de Santa Teresa. Hasta allí llegó una joven Paula, donde se unió a otras jóvenes en los trabajos de cuidar a los más necesitados. Fue el obispo de Murcia, D. Mariano Alguacil, quien les aconsejó que diesen continuidad a la obra iniciada con una organización bajo la dirección de los padres franciscanos. Así lo hicieron y el P. Manuel Malo OFM fue su director dándole reglas y normas de vida. Paula Gil de Jesús fue la primera en recibir el hábito de la nueva comunidad que bajo la protección de la Inmaculada Concepción y el cumplimiento de la regla de San Francisco, nacía para atender a los niños, jóvenes, enfermos y ancianos más des-amparados. El 1 de enero de 1890 era aprobada oficialmente por el obispo de Murcia, la nueva comunidad religiosa. GARCÍA RAMOS, Laura: Paula. Hermana de la Caridad Franciscana. Madrid: Hermanas Franciscanas de la
4  FERNÁNDEZ-PACHECO, Carlos y MOYA, Concepción: Memoria y Camino. Herencia: Parroquia Inmaculada Concepción, 2010, págs. 39-41 y 194-200.
5  Parece ser que el Ayuntamiento tuvo un papel importante en la llegada de las Religiosas Franciscanas de la Purísima para que en la localidad existiera un lugar con para atender a enfermos y ancianos.
6  Inocente Hervás y Buendía: Diccionario histórico geográfico
7  BNE, El Imparcial, 04-X-1891, pág. 2.

Autores: Gema Díaz-Flores Fernández-Montes y
Claro Manuel Fdez.-Caballero Martín-Buitrago.
Publicado en: Parroquia en Marcha nº 312

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