Durante muchos años hemos escuchado de boca de nuestros abuelos, cómo Herencia, hacía muchos años, se encontraba al otro lado del Cerro de San Cristóbal. Desde allí unas fiebres, decían, habían empujado a sus habitantes hacia la actual ubicación de la localidad. Esta historia se veía apoyada, no solo por la tradición oral, sino también por la presencia en aquella zona de lo que parecían ser restos «de ollas, cacerolas y otro tipo vedríao.» Curiosamente, esta historia a veces se entremezclaba con la de la extinta localidad de Villacentenos, ubicándola precisamente justo tras el mencionado cerro.